60 años del asalto al cuartel de Moncada

Fidel Castro detenido

Se cumplen hoy 60 años cuando en Santiago de Cuba el 26 de Julio de 1953 un grupo de insurgentes con la finalidad de derrocar al Presidente Fulgencio Batista atacaron el cuartel Moncada. Inspirados en las ideas nacionalistas de José Martí los rebeldes decidieron atacar la segunda fortaleza militar de la isla con la intención de convocar una insurrección general para sacar al dictador que controlaba a su placer. Fidel Castro un abogado de 26 años de edad acompañado de 150 simpatizantes buscaron tomar por sorpresa la guarnición, este grupo  sería llamado Movimiento 26 de Julio o M-26-7 y las enseñanzas que les dejaría este fallido ataque militar sería una pieza fundamental posteriormente para el triunfo de la revolución cubana.

La dictadura
Fulgencio Batista, un militar que había ganado prestigio combatiendo y reprimiendo movimientos de corte comunista en las centrales azucareras del país llegando a ser nombrado Jefe del Ejército. En 1940 consigue ser elegido Presidente por 4 años, restableciendo las relaciones con los Estados Unidos y apoyando a los Aliados en la II Guerra Mundial. Para la elección de 1952 buscaba presentar de nuevo su candidatura pero fue impaciente y decidió evitar las urnas y por medio de un golpe de estado se hizo del poder el 10 de Marzo de 1952. El golpe prosperó ya Batista contaba con el apoyo de las fuerzas armadas y de los sectores empresariales del país, además garantizó al gobierno de los Estados Unidos la defensa de los intereses yanquis en territorio cubano. Ante el fin de la democracia y el establecimiento de un gobierno que defendía los intereses de la oligarquia cubana y norteamericana por encima de los intereses de la mayor parte del pueblo cubano.

Planeación

Vista aérea del cuartel

La insurrección buscó incorporar los esfuerzos de todas las fuerzas opositoras al movimiento teniendo como primer objetivo preparar a los combatientes que participarían en el inicio de la lucha armada. Se dividió en dos frentes la lucha teniendo una dirección para las acciones políticas y otra para las acciones militares. La parte política del movimiento no tenía la intención suficiente para llevar a cabo el plan por el cual buscaban terminar con la dictadura por medio de la lucha armada. Los detalles sobre el ataque al cuartel se mantuvieron en absoluto secreto, la mayor parte de los combatientes conocían que iban a tener un enfrentamiento importante y decisivo pero no tenían más información. El reclutamiento se había realizado solamente entre personas que provinieran de los estratos más sencillos de la sociedad buscando principalmente la participación de obreros y campesinos. El movimiento fue buscando hacerse de los recursos necesarios para el combate pero sin adquirir compromisos con los terratenientes, los políticos profesionales o de los militares. Clandestinamente se obtuvieron las armas que comprendían fusiles, escopetas y pistolas que al final resultaron insuficientes para conseguir el objetivo. La fecha fue elegida ya que en la víspera se celebraban las festividades de Santiago Apóstol, santo patrón de la ciudad por lo que había muchos visitantes, así no se levantarían sospechas entre los cuerpos del orden con la presencia y arribo de jóvenes de otros lugares.

Fulgencio Batista

¿Por qué el cuartel «Guillermón Moncada»?
Santiago de Cuba que se encuentra en la porción oriental de la isla es la segunda ciudad en importancia y el regimiento que estaba al cuidado del cuartel constaba de unos mil efectivos. El cuartel se decidió como objetivo ya que la distancia con la capital, 900 kilómetros, hacía muy difícil y demorado el envió de refuerzos. La ciudad se encontraba en una ideal posición geográfica para ser defendida rodeada de montañas y con acceso al mar, por lo que al tomar control del cuartel militar podrían controlar la ciudad. Las montañas que rodean la ciudad habían sido parte fundamental en las luchas armadas que buscaron la independencia. Los rebeldes apostaban a que el espíritu rebelde de la provincia Oriental convocara a un mayor número de personas que se unieran a la insurrección popular. Además se tenía planeado atacar el cuartel «Carlos Manuel de Céspedes» en Bayamo para servir como distracción y con la destrucción de los puentes evitar que llegaran refuerzos a Santiago.

Las acciones
En la noche previa Fidel Castro visitó a los combatientes de Bayamo para prepararlos con los últimos detalles y se traslado a la finca en la que habían hecho las practicas de tiro en Santiago. El plan consistía en aprovechar la festividad, además se había observado la poca vigilancia sobre uno de los accesos por lo que los atacantes entrarían con el apoyo de la sorpresa para dominar al personal que se encontraba dentro del complejo militar. Se dividió el personal en 3 columnas, la primera con Fidel Castro se encargaría de atacar y hacerse del control del cuartel, la segunda sería dirigida a por Raúl Castro que tomaría el Palacio de Justicia para apoyar desde lo alto las acciones sobre la fortaleza y el tercer grupo encabezado por Abel Santamaría aseguraría el Hospital Civil que se encontraba contiguo al Moncada.

Una patrulla que hacía un rondín por el exterior descubrió antes de tiempo a los insurgentes por lo que el factor sorpresa, esta era la única ventaja con la que contaban los atacantes por lo que tuvieron que iniciar la batalla sin estar en posición. Los soldados del gobierno superaban ampliamente en número y equipamiento además de contar con la ventaja que daba la fortaleza. Para hacer más difícil la situación unos automóviles que transportaban a parte del contingente se perdieron en la ciudad y no se pudo contar con muchas de las armas. Los asaltantes deciden emprender la retira que será apoyada por Abel Santamaría cuya columna cubrió la retirada. La población ayudo a esconder a algunos, mientras que otros consiguieron escapar de la ciudad.  Al mismo tiempo en Bayamo el ataque por parte de los 28 revolucionarios asignados también fracasaba rotundamente.

Los detenidos.
En la extrema izquierda podemos ver a Fidel Castro.

Lo que paso después
La dictadura de Batista decretó la suspensión de garantías en todo el territorio y colocó a la ciudad de Santiago en estado de sitio, censuró a los medios impresos y a la radio para evitar que se denunciaran las acciones que ejecutaría el gobierno. La represión sobre los disidentes se incrementó y se inició la búsqueda de simpatizantes con el movimiento para erradicar otros brotes de violencia. Hubo muchos detenidos por todo el país entre ellos dirigentes de los partidos Auténtico, Ortodoxo y Socialista popular; los líderes estudiantiles y obreros también fueron perseguidos.

 

En el enfrentamiento los rebeldes tuvieron solamente ocho bajas pero en los días posteriores las bajas aumentarían a 52 por aquellos que fueron detenidos y torturados por los militares que se sentían humillados por el ataque. Entre los sobrevivientes 18 fueron detenidos y enviados a prisión, entre ellos estaban los hermanos Castro. Fidel sería junto con los demás enjuiciado y condenado, aunque recibieron un indulto en 1955 y salieron exiliados a México. Previo al ataque Fidel Castro les había dicho a sus compañeros «podrán vencer o ser vencidos, pero de todas maneras el movimiento triunfará, este gesto servirá de ejemplo para el pueblo de Cuba». El 2 de Diciembre de 1956 regresaría a Cuba a bordo del yate Granma e iniciaría otra insurrección en la Sierra Maestra que tendría como desenlace la salida de Batista y el triunfo de la revolución. El ataque al cuartel permitió que se extendiera el descontento con el gobierno que permitió ganar adeptos posteriormente para la causa.